Top 10
TOP 10 anécdotas podium
Válvula de escape para los pilotos una vez liberada la tensión de la carrera, el podio de Fórmula 1™ suele ser escenario de escenas emotivas, divertidas y también de enfrentamientos memorables. Selección de los mejores momentos subidos de tono en 10 anécdotas.
Gran Premio de Austria 2002: el escándalo Ferrari
Durante la última vuelta del Gran Premio de Austria 2002, Rubens Barrichello, que va en cabeza, frena en seco a 100 metros de la meta para dejar pasar a su compañero de Ferrari, Michael Schumacher. El objetivo de la Scuderia es darle el mayor número posible de puntos a Schumi en su lucha por el título de campeón del mundo de pilotos. Misión casi cumplida ya que, al término de la temporada, el piloto
alemán logrará su quinto galardón. Pero la carrera deja un sabor amargo. En el podio, a pesar de su gesto de ponerle la gorra de campeón a Barrichello, Schumacher es abucheado por el público. Algunos años después, el brasileño revelará que su dirección le había amenazado: «Levanta el pie y deja pasar a Michael o te vas a la calle». Rubens prefirió conservar su empleo.
Gran Premio de Francia 1982: todo queda en casa
Resulta muy raro ver a tres pilotos de la misma nacionalidad en el podio. Cuando además lo hacen a domicilio, la fiesta es completa. En 198, en el circuito Paul Ricard de Castellet, muy cerca de Marsella, tres franceses suben al podio. Ese año, René Arnoux se impone en su tierra por delante de su compañero de equipo en Renault, Alain Prost.
El fallecido Didier Pironi completa el trío. Ironías de la historia: otro francés, Patrick Tambay, se tropieza en la escalera para subir al podio. Si bien es cierto que los pilotos británicos lograron la misma hazaña en varias ocasiones en su época dorada de los años 60, desde entonces ningún país ha vuelto a repetir el trío ganador.
Gran Premio de Baréin 2013: una mujer en el podio
Aparte de las grid girls y algunos invitados de altura del protocolo, ninguna mujer había subido nunca a un podio hasta el mes de abril pasado, con ocasión del Gran Premio de Baréin, día en que Red Bull debe recoger su trofeo de campeón del mundo de constructores y envía a Gill Jones, responsable de la electrónica al estrado.
Como es lógico, Christian Horner, director del equipo, valoró esta gran primicia: «Ha sido genial enviar a un miembro importante de nuestro equipo, Gill Jones, que tanto ha hecho por nosotros. Ha sido fantástico verla allí arriba representando al equipo». Ahora ya solo falta una mujer piloto.
Gran Premio de Malasia 2013: el lío Vettel/Webber
Rara vez los pilotos de un podio se habían mostrado tan enfadados como después del Gran Premio de Sepang en abril de 2013. Con la mirada torva hasta casi rozar la intimidación, Mark Webber, segundo, mira de arriba abajo a su compañero de equipo Sebastian Vettel, ganador de la carrera. En el momento de celebrar con los Jéroboams G.H.MUMM, los dos pilotos incluso se dan la espalda.
¿El motivo de este ambiente tan tenso? Unos minutos antes, desoyendo las consignas de su escudería, Vettel lanza un ataque arriesgado y exitoso sobre su compañero de equipo en Red Bull. Fuera de sí, el australiano le hace un gesto obsceno con el dedo al joven alemán. ¡Menudo ambiente!
Gran Premio de Australia 93: fin de la rivalidad Senna/Prost
Es la historia de una rivalidad mítica. De esas que forman la sal de la Fórmula 1™. Entre finales de los años 80 y principios de los 90, el francés Alain Prost y el brasileño Ayrton Senna se disputan el título de campeón del mundo de pilotos. Por un lado, Prost el profesor. Por el otro, Senna el caprichoso. Dos campeones totalmente opuestos que tuvieron más de un enfrentamiento en el marco de esta dura lucha.
Sin embargo, hay un grandísimo respeto mutuo entre ambos. En 1993, sobre el podio del Gran Premio de Australia, Senna, que acaba de ganar la carrera, sube junto a él sobre el escalón más alto a Prost, quien ya se había asegurado el título desde el GP de Portugal. La rivalidad acaba ahí, Prost cuelga los guantes. Unos meses después, el piloto brasileño muere sobre la pista.
Gran Premio de Francia 97: Ecclestone paga el champagne
La tradición se remonta a los orígenes de la F1. En 1950 más concretamente, el legendario Fangio, vencedor ese año del Gran Premio de Francia en Reims, recibe como recompensa una botella de champagne. En los años 60, los pilotos empiezan a rociarse con el precioso brebaje sobre el podio. En los 90 la Ley Evin se impone: el champagne está teóricamente prohibido en el podio del Gran Premio
de Francia. Así pues, en 1997 en Magny-Cours, no está prevista la menor botella. Furioso, Bernie Ecclestone, gran tesorero de la disciplina, le da unos billetes a uno de sus asistentes y le pide que vaya a comprar champagne. En su defensa, el británico alegó que tenía en su poder imágenes de la llegada de carreras de vela donde los vencedores aparecían con una botella de champagne en la mano.
Gran Premio de Abu Dabi 2012: la cólera de Räikkönnen
El podio del Gran Premio de Abu Dabi 2012 da lugar a una escena muy peculiar. Entrevistado por el antiguo campeón escocés David Coulthard sobre su victoria, Kimi Räikkönnen visiblemente escaldado por las críticas recibidas anteriormente, responde muy libremente: «La última vez me tocasteis las p….. porque no sonreía lo suficiente. Esta vez será sin duda lo mismo». Inspirado sin duda por el amable
finlandés, Sebastian Vettel, que ese día termina en tercera posición, le dedica la palabra « f… » (por su inicial en inglés). Para cerrar esta embarazosa entrevista, Coulthard visiblemente azorado declara: «Quería simplemente recordar al público que (Vettel, ndlr) no habla en su idioma materno. Les pedimos disculpas por las palabras elegidas.»
Gran Premio de San Marino 94: el podio de luto
Funesto 1 de mayo de 1994 en el circuito de Imola. Durante las clasificaciones muere el piloto austríaco Roland Ratzenberger, sin embargo la carrera se mantiene. En la 6º vuelta, el coche de Ayrton Senna se sale de pista y choca contra el muro. El piloto brasileño fallece unas horas después.
En estas terribles circunstancias, la victoria de Michael Schumacher es anecdótica. En el momento de subir al podio para «celebrar» su primer puesto, el alemán ya sabe que Senna ha muerto. Parece noqueado por la noticia y levanta tímidamente los brazos. Evidentemente, ese día nadie descorcha el champagne.
Gran Premio de Canadá 1978: celebración triunfal con cerveza
Si en Indianápolis la tradición es que el ganador engulla una botella de leche, el podio de Fórmula 1™ es dominio exclusivo de las finas burbujas de champagne. Salvo para Gilles Villeneuve. Encantado de haber ganado su primer Gran Premio a domicilio, en Montreal, el piloto quebequés juega la baza del patriotismo.
En el podio, celebra su victoria salpicando al público con Labatt, una cerveza canadiense. Un acto menos desinteresado de lo que pudiera parecer ya que el difunto padre de Jacques Villeneuve tenía un contrato con la marca de cerveza.
Gran Premio de Portugal 1992: partida de escondite improvisada
Rara vez el podio se habrá parecido tanto al patio del recreo. Exultante por su triunfo, en aquella época equivalente al récord de victorias en una temporada (9) y al de puntos (108), Nigel Mansell vuelve a su infancia e inicia una guerra de champagne con Gerhard Berger, segundo, y Ayrton Senna, tercero. El trío corre de un lado a otro del podio, se esconde, vuelve a descubrirse, se riega mutuamente con champange y luego salpica a todo el que guarde relación, en mayor o menor medida, con el protocolo: organizadores, dignitarios y por supuesto, las grid girls.
Par Arthur Jeanne
“No se pierda detalle hasta que hayan bajado al podio ”
