Esos pilotos que sabían llevar bigote
Lifestyle
Si los pilotos de hoy en día de vez en cuando intentan dejar de afeitarse una temporada, sus predecesores, en cambio, no se afeitaban por sistema. Y en caso de hacerlo, únicamente por encima de los labios y no sin antes haberse puesto en manos de un barbero. Pasamos revista a los mostachos más hermosos.
Nigel Mansell
Quince temporadas en Fórmula 1™, un título de campeón, treinta y una victorias y, antes de que Sebastian Vettel lo batiese, el récord de número de pole positions en una temporada. Un palmarés logrado con todo – o con casi todo – lo que el Reino Unido cuenta como escudería: Lotus al principio, Williams sobre todo, McLaren al final. Y luego una temporada con Ferrari, tras haber sido el último piloto elegido por el propio Enzo Ferrari. Pero al británico se le recuerda sobre todo, además de por su mítico Red 5, por su magnífico bigote “walrus” que se afeitó tras retirarse de la discipline en 1995, como un símbolo.
“su magnífico bigote walrus”
Keke Rosberg
Antes, Nico Rosberg era el hijo de Keke Rosberg. Ahora, Keke Rosberg es el padre de Nico Rosberg. Si bien el progenitor no tiene un armario de trofeos a la altura de su talento, no hay que olvidar que es campeón del mundo. Fue en 1982, una temporada completamente caótica en la que ningún piloto gana más de dos carreras. A pesar de lograr una sola victoria, el finlandés supo dar muestras de regularidad para hacerse con el triunfo al volante de su Williams. Con un team decididamente «bigotudo», Keke llevaba un hermoso mostacho en V invertida color rubio paja que recordaba al de Astérix. Nico, en cambio, es tristemente imberbe. La genética no puede explicarlo todo.
Graham Hill
Con su fino bigote terminado y su pelo peinado hacia atrás, Hill era el arquetipo del perfecto dandy. La pequeña y gran pantalla acertaron plenamente al convertirlo en un habitual de los platós una vez concluida su carrera. Pero antes de eso, Mr Hill obtuvo nada menos que en dos ocasiones el título máximo. Además, a día de hoy sigue siendo el único titular de la «Triple corona» (las 24 Horas de Le Mans, Indianápolis 500 y el campeonato del mundo de F1™). Huelga decir que su desaparición en 1975 en un accidente de helicóptero fue recibida con gran tristeza por todos los amantes de los deportes mecánicos.
Harald Ertl
El austríaco no es desde luego el piloto con más talento que se haya sentado al volante de un Fórmula 1™. Es muy sencillo, en 28 carreras, nunca ha logrado un podio y ni siquiera ha marcado un solo punto. Sin embargo, Ertl entró en la Historia por dos motivos. El primero: por ser uno de los cuatro pilotos que ayudaron a Niki Lauda a salir de su Ferrari en llamas en el GP de Alemania de 1976. El segundo: contar sin lugar a dudas con el bigote más alocado que pueda haber, definido de imperial por los puristas, y acompañado de una barba frondosa. Desgraciadamente, su muerte en 1982 a los 33 años en un accidente de avión, le impide participar en el campeonato del mundo de la disciplina.
Clay Regazzoni
Un nombre italiano (Gianclaudio Giuseppe Regazzoni), un apodo inglés (Clay), un pasaporte suizo: el antiguo compañero de equipo de Jacky Ickx en Ferrari estaba destinado a llevar un buen bigote. Si no siempre lo llevó, sí que fue el caso durante sus mejores años, en plenos años setenta con Ferrari. Bigotes sombríos y espesos que lucirá con orgullo durante toda su vida, hasta su muerte en 2006 en un accidente de carretera.
Jenson Button
Si el inglés no tiene la vellosidad de sus gloriosos antecesores, eso no le impide probar a llevar bigote. Así, con motivo del Movember, un evento caritativo anual organizado, como su nombre indica, en noviembre, Button se dejó crecer el bigote, como miles de hombres en todo el mundo. Si el resultado es moderado debido a un sistema piloso poco desarrollado y demasiado claro, eso no es lo esencial: el Movember pretende sensibilizar a la opinión pública y recaudar fondos para la investigación sobre las enfermedades masculinas.
Joseph Siffert
Segundo de los tres pilotos suizos ganadores de un Gran Premio, a priori Jo no estaba destinado ser corredor de automóviles. Nace con una malformación del pie derecho, que le lleva a someterse a una intervención quirúrgica con seis semanas de vida, y luego a una segunda unos meses después. Como consecuencia de todo ello su pierna derecha es ligeramente más corta que la izquierda, lo que no le impedirá hacerse con dos Grandes Premios de Fórmula 1™, así como con múltiples carreras de resistencia. Y, al estilo de Graham Hill, llevaba un bigotito romántico que derretía a las bonitas muchachas en los paddocks.
Emmanuel de Graffenried
Tercer miembro del club de los suizos vencedores de GP, «Toulo» también llevaba bigote. Ante todo, este gentleman driver es un precursor. De hecho, estuvo presente en la salida de la primera carrera que puntuaba para el primer campeonato del mundo de F1™, el GP de Gran Bretaña de 1950. Una época en la que los cascos no eran integrales, en la que la aerodinámica no imperaba, en el que el pelo ondeaba libremente al viento. Eran otros tiempos.
Fernando Alonso
Last but not least, la excepción que confirma la regla: Fernando Alonso. Al piloto asturiano le cuesta encontrar su estilo. Adepto de las gorras demasiado grandes, el campeón del mundo en 2005 y 2006 ha pasado por casi todos los tipos de barba posibles: patillas largas, barba de tres días, totalmente afeitado, perilla. Pero lo peor sigue siendo la combinación bigote-perilla. Aún así, el español no deja de ser la principal opción de volver a ver a un campeón del mundo con bigote, tras Hill, Rosberg y Mansell.